La exposición Dalí-Freud. An obsession explora, a través de un centenar de piezas, la admiración del pintor por el padre del psicoanálisis
El Museo Belvedere de Viena acoge desde el pasado viernes 28 de enero y hasta el 29 de mayo, la exposición Dalí-Freud. An Obsession, con préstamos procedentes de fondos como la Fundación Dalí, el Museo Dalí de Florida, el Museo Freud de Londres o el Museo Thyssen de Madrid, entre otras colecciones. La muestra se inaugura hoy con la presencia de los Reyes de España.
La exposición, comisariada por Jaime Brihuega, profesor de historia del arte, incluye unas cien obras y documentos. Pueden contemplarse piezas tan emblemáticas como Academia neocubista, Cisnes reflejando elefantes, Gradiva descubre las ruinas antropomorfas, El juego lúgubre, “Paranonïa” o La Soledad. La Fundación Dalí no sólo ha prestado tres obras: el óleo Pan antropomorfo, Retrato de Freud y un dibujo preparatorio Estudio para Metamorfosis de Narciso y documentación diversa, sino que también ha contribuido con su asesoramiento científico.
Dalí, ya de joven, se sintió fascinado por las teorías de La interpretación de los sueños de Freud, un claro referente para los surrealistas. Después de distintos intentos sin éxito de conocer a Sigmund Freud, Dalí pudo reunirse con él en julio de 1938 en Londres gracias a la intermediación del escritor Stefan Zweig y el mecenas Edward James. El pintor le mostró el óleo que acababa de completar, Metamorfosis de Narciso que, según él, debía contemplarse al mismo tiempo que se leía el poema homónimo. Ambas creaciones eran el resultado de aplicar su método paranoico-crítico de interpretación de la realidad. Freud no prestó demasiada atención a las explicaciones de Dalí pero la contemplación de aquella pintura disipó los perjuicios que tenía con respecto a los surrealistas.
La influencia de Freud en Dalí, muy importante en su período surrealista, sigue a lo largo de su trayectoria, y está presente en un apartado especial en el primer piso de su Teatro-Museo de Figueres.
(Cortesía)